Tiene mala explicación. Resulta que el Gobierno dijo en octubre que iba a cancelar todas sus operaciones comerciales de armamento con Israel por el genocidio en Gaza. Entre otras operaciones, el Ministerio de Interior anunció que suspendería la compra de munición por 5 millones de euros a dos empresas israelíes vinculadas al Ejército. Y resulta que Olga Rodríguez informó ayer en elDiario.es de que finalmente esa operación ha sido ejecutada. El Gobierno argumenta que intentaron deshacer el contrato, pero que la Abogacía del Estado recomendó no hacerlo porque ya era demasiado tarde y podría haber complicaciones legales. Y qué importa un genocidio al lado del riesgo de una multa por incumplimiento de contrato. Ante todo somos gente seria. El registro oficial de la compra se ha hecho con festividad y alevosía: el viernes de Semana Santa, cruzando los dedos para que no trascendiera. Pero ha trascendido y hoy venimos con más: hay otros nueve contratos de armamento con Israel que siguen adjudicados, no han sido cancelados, a la espera de ser formalizados. España ha activado o ejecutado 40 contratos de compra de armamento a empresas israelíes desde octubre de 2023, cuando comenzó la masacre palestina, por valor de 1.041 millones de euros. Esta noticia ha provocado un fuerte terremoto en el seno del Gobierno. Yolanda Díaz pide la rectificación de estos negocios con Israel, pero desde Izquierda Unida (que también tienen ministro y diputados en el grupo de Sumar) han ido más allá: su líder, Antonio Maíllo, ha utilizado cinco veces la expresión "crisis de Gobierno" en unas declaraciones de menos de cinco minutos, no descartan salirse del Consejo de Ministros, piden la dimisión del ministro Marlaska. ¿Esto puede tumbar a la coalición? Yo diría que no. Pero el terreno del belicismo es resbaladizo para el honor de la izquierda. Todo esto es la guinda a un pastel que Pedro Sánchez acaba de sacar del horno también por sorpresa esta semana. Su plan para aumentar en 10.500 millones el gasto militar en España. Hoy en el podcast, analizamos las claves, rascamos en la letra mediana (pequeña no hay todavía) y le ponemos contexto a esta nueva deriva militar. |